Cómo tu SUV piensa que es más listo que la física

En un reino muy, muy cercano (probablemente en tu propio garaje)

¿Cansado de reviews de coches escritos por entusiastas de la cafeína que hablan de par motor y diferenciales autoblocantes como si estuvieran recitando poesía? Adéntrate en un relato donde los 4x4 no son máquinas, sino personajes con complejos de inferioridad y los sedanes con tracción integral son esos tipos sobrios que resuelven problemas mientras los demás hacen aspavientos. Una historia sarcástica, educativa y delirante sobre por qué compraste un coche capaz de escalar el Everest para, en el mejor de los casos, salvar un charco particularmente ambicioso frente al supermercado. Spoiler: La mejor tracción es la que evita que te cases con una zanja. Y sí, hablaremos de esa. 

Imagina, querido aspirante a conquistador de caminos de gravilla, un reino sumido en la más profunda de las crisis: El Invierno.

No un invierno cualquiera, no. Este es un invierno que cae con la delicadeza de un elefante en patines sobre una pista de baile cubierta de gel. Las calles, antaño gloriosas arterias de asfalto, se han convertido en una traicionera pista de hielo sembrada de la desesperación de los neumáticos de verano.

Y en este páramo helado, nuestros héroes, o más bien, los carruajes metálicos en los que han depositado su fe y sus abultadas cuotas mensuales, se preparan para la batalla.  

En el rincón de los Fanfarrones: Tenemos al Gran SUV Americano. Es grande, bebe combustible como si se fuera a acabar el petróleo mañana mismo (una posibilidad real con él en la carretera) y tiene más botones para "modos de terreno" que un mando de videojuego. Tiene un modo "Nieve", un modo "Hielo", un modo "Barro y Zarzas" y, sospecho, un modo "Rescate de Princesa en Apuros" que nadie se ha atrevido a probar. Él cree que puede con todo. La clave está en el "cree".

En el rincón de los Presuntuosos: Presentamos al Sedán Alemán de Tracción Integral. Es bajo, serio, y parece estar constantemente haciendo cálculos diferenciales en su centralita. No grita "¡4x4!"; susurra "Quattro", "4Matic" o "xDrive" con la arrogancia de quien sabe que su sistema fue diseñado por ingenieros que usan calculadoras de bolsillo como joyería. No tiene modos para jugar, solo un aburrido "funcionamiento óptimo continuo". Es el empollón de la clase que, efectivamente, saca matrícula de honor.

Y en el rincón... bueno, simplemente ahí: El Hatchback Japonés con Tracción a las Cuatro. No es el más fuerte, ni el más inteligente, pero es tan terriblemente fiable que es aburrido. Es el Ron Weasley del mundo del motor: siempre está ahí, haciendo lo que tiene que hacer, sin aspavientos, mientras los otros dos se llevan toda la gloria (y las multas por exceso de velocidad).

La pregunta del millón, oh plebeyo tiritón, no es qué coche tiene "la mejor" tracción. Esa es una pregunta para foros de internet donde la gente se pelea por pixeles. La verdadera pregunta es: ¿Qué tipo de ilusión necesitas creer para sentirte seguro?

¿Necesitas la fantasía épica del SUV, con sus botones y su altura, que te hace sentir como un señor feudal mirando desde su castillo rodante a los pobres mortales en sus coches bajos?

¿O prefieres el thriller de espías del Sedán Alemán, donde la tracción es un agente secreto que trabaja en la sombra, corrigiendo tus estúpidos errores al volante antes de que siquiera te des cuenta de que los has cometido?

Porque, seamos sinceros. El 99% del tiempo, la "mejor tracción integral" es aquella que, combinada con unos neumáticos decentes (ah, la parte aburrida que todo el mundo ignora), evita que hagas el ridículo en una cuesta con una ligera escarcha. Mientras el SUV está ocupado activando su "Modo Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos Invernales", el alemán ya ha pasado de largo, y el japonés llegó a su destino hace media hora y ya se ha tomado un té.

¿Quién gana? Vuelve para el próximo emocionante capítulo: "Los Neumáticos: Los Zapatos de Cenicienta que Hacen Todo el Trabajo Real". Te prometo menos sarcasmo y más verdades que dolerán tanto como pagar el seguro de ese tanque americano.